MOTIVACIÓN ALTA

La motivación no es mágica, es una estrategia

Es fácil creer que las personas disciplinadas siempre están motivadas, pero la realidad es que ellas han aprendido a mantener el fuego encendido incluso en los días más difíciles.

Al principio, es más fácil porque es reciente este sentimiento, es nuevo y la chispa acaba de encenderse, pero lo que cuesta es mantenerla viva constantemente con pequeñas acciones y cambios diarios, por que es fácil que se vaya apagando si no vemos resultados, que nos frustremos y acabemos abandonando.

Un consejo clave: Pregúntate el ¿Por qué?

¿Por qué empecé?, ¿quiero verme bien, sentirme bien?, ¿quiero sentirme más segura de mi misma?, ¿quiero demostrarme que soy capaz?. Escribe tu motivación y léelo cada vez que sientas que flaqueas, déjalo en un lugar visible para ti

Rodéate de recordatorios poderosos

Nuestro entorno puede ser nuestro mayor aliado o nuestro peor enemigo. Llena tu espacio de objetos que te impulsen a seguir adelante, como fotos de tu progreso, frases motivadoras, un calendario donde marques cada pequeño avance, un pantalón que te esté quedando grande gracias al entrenamiento. Cada detalle cuenta, y repetirte estos estímulos refuerza tu compromiso y mantiene alta tu motivación.

Cambia el enfoque: celebra lo que logras, no lo que falta

Muchas veces, nos desmotivamos porque solo vemos lo que nos falta en lugar de celebrar lo que ya hemos avanzado. Cada día que te esfuerzas es una victoria. Cada elección saludable es un paso más cerca de tu meta.

Ejercicio práctico: Cada noche, antes de dormir, escribe tres cosas que hiciste bien en tu día. Puede ser algo tan simple como haber bebido suficiente agua o haber elegido una comida saludable en vez de un antojo impulsivo. Cuando sumas pequeñas victorias, te das cuenta de que el progreso es real.

Transforma la disciplina en un hábito automático

La motivación es volátil, pero los hábitos son sólidos. Si dependes solo de sentirte motivado/a, habrá días en los que abandonarás. Pero si construyes hábitos, actuarás incluso cuando no tengas ganas.

• Póntelo fácil: Si te cuesta entrenar por la mañana, deja tu ropa lista desde la noche anterior.

• Snacks o comidas rápidas saludables: Si te cuesta seguir un plan de comidas, prepárate opciones rápidas y accesibles, ten a mano snacks sanos, como frutos secos, tortitas de arroz o alguna lata de pescado que te sacie.

• Hazte recompensas: No todo se trata de resultados físicos. Recompénsate con un masaje, un día de descanso o algo que te haga sentir bien para continuar en el camino.

Encuentra tu tribu: No estés solo/a

Este camino es más fácil cuando estás acompañado/a. Cuando estás con gente que tiene los mismos objetivos que tu. Únete a una comunidad que te inspire busca amigos/as que tengas los mismos o parecidos propósitos. En los gimnasios suele haber este sentimiento, con programas de adelgazamiento o tonificación, circuitos con gente que está en el mismo nivel. Si es difícil para ti crear un hábito o mantener viva la emoción esta sería una buena opción.

Elige lo más adecuado y cuanto antes empieces y te mantengas, antes verás los resultados.

¡Nos vemos pronto!